miércoles, 6 de junio de 2012

El destierro


No hay cartas de despedida.
No hay adiós.
No hay explicación que te merezcas.
Simplemente te vas de esta historia, en la que fuiste protagonista sin serlo. Sin quererlo.
Después de tanta negación, debo asumir la ausencia. Entendiendo que te quise sin límites, sin cadenas. Te quise tal cual eras. Un cariño libre. Adulto. Sin amarras.
Y, simplemente, tú no me quisiste lo suficiente. Quizás ni siquiera me quisiste.
Hoy hay un punto final. Hoy avanzo y tú te quedas.
Te exilio. Te destierro. Te arranco de las entrañas de lo que quería.  
Te borro del cariño y te dejo de asociar con la felicidad.
Es una decisión absoluta. Irrenunciable.

Y sé que te extrañaré.
Mucho.
Más de lo que quisiera.

Cuando empiece a extrañarte, recordaré las lágrimas de hoy.
La pena que has provocado.
La desazón de mi corazón.
Recordaré los cuestionamientos que me dejaste. El closet lleno de pena. Los besos que se perdieron. El recuerdo vacio de tu persona. De nuestra historia. Las lunas que no me regalaste. Los viajes que no hicimos. Recordaré tu egoísmo y mi pena.
No mereces más que eso.
Pasas al olvido.
Al exilio absoluto.
Sin retorno. Sin vuelta. Sin perdón.
Inevitablemente, pasas al olvido.

lunes, 7 de mayo de 2012

De discriminación y mentiras...


Mis papás no eran casados. 
Ellos querían darnos educación católica en algún colegio particular que estuviera a su alcance. Postularon durante meses a distintos colegios de ese tipo y, al ver que siempre les cerraban las puertas e incluso ni siquiera los atendían por “vivir en el pecado”, entendieron que tenían que optar por otro tipo de colegio o por otra fórmula para acceder a ellos.

Yo entré a mi colegio por medio del engaño. Al momento de la postulación, donde se debe entregar la copia de la “libreta de familia religiosa”, mis papás dijeron haberla perdido y que en la siguiente fase entregarían la copia que estaban solicitando. Eso nos dio espacio a la prueba de admisión y, luego, en el momento de la entrevista personal, mi padre jugó todas sus armas de buen vendedor y apeló a un montón de palabras que los católicos predican para ver si las practicaban con nosotros. Como misericordia, piedad e igualdad. La directora, quien era una monja de lo más buena onda que había, entendió lo solicitado y yo entré al colegio particular católico junto con mi hermano, donde terminamos nuestra educación media y nos abrió un sinfín de puertas para el futuro.

Mi papá y mamá tuvieron que mentir para no ser discriminados. Esconder algo que era “mal” visto para los ojos de algunos para acceder a una opción. Para entrar en un mundo que ellos nos querían dar a toda costa. Para pasar de un circulo de opciones a otro.

¿Por qué les cuento esto hoy? 
Pues me siento abismada luego de lo visto en Tele13. 
La discriminación a las nanas en colegios particulares católicos para matricular en aquellos establecimientos a sus hijos. La discriminación en el trato a mujeres que, en su gran mayoría, se merecen nuestro respeto y admiración completa y total. 
Incondicional. 
Mujeres que quieren darles a sus hijos un futuro mejor y en ello entienden que, una de las opciones, es haciéndolos ingresar a colegios costosos, de grandes resultados académicos, donde aprendan de forma distinta el mundo y les abran puertas que, en otros lugares, no pueden acceder.

Debo reconocer que se me nubló la vista de rabia luego de los visto. 
Entiendo que era una “recreación” realizada por actores, pero que reflejaba una verdad cruda y dolorosa. “Este mundo exclusivo es sólo para algunos”. No es para los que estén dispuestos a pagarlo, sino que, además, para los que nosotros queramos tener en nuestro circulo. 

A la mierda la misericordia que profesan esos mismos colegios en sus oraciones católicas. A la cresta el trato igualitario. Nada les importa el esfuerzo, la convicción y el deseo de cambiar de mundo. 
No. 
Así como algunos durante años dijeron “Alemania para los alemanes”, estos colegios son para “los de ellos”. Para su gente. Con apellidos rimbombantes, con cartas de presentación, de recomendación, con casas en la playa y en la montaña. No para una nana venida a más que, aunque pague, no es de nuestro mundo. O sea, ¡que atroz!

Y, ¿entenderán aquellos colegios a quien están discriminando? 
A la hija o hijo de una persona de esfuerzo que nos cuida la casa, nos hace comida, nos acompañan y muchas veces crian a sus propios hijos. ¿y la discriminan por ser la hija de la nana? ¿Por  que su madre o padre no tienen profesión? ¿Por no haber tenido las mismas oportunidades? ¿Por haber nacido en un lugar lejano y tener que trabajar como sus empleados? ¿Por haber nacido en la “cuna” equivocada y no la de oro? ¿Por eso la discriminan?

Que se avergüencen todos aquellos que creen que la profesión, el traje o la cantidad de dinero hacen a la persona. Aquellos incapaces de entender que no todos hemos tenido las mismas oportunidades y que, muchos, deben trabajar de lo que venga para cambiar el circulo de la pobreza. Que se avergüencen, porque son ellos los incapaces de comprender que es la esencia la que te hace gente y no la prepotencia para discriminar.

Me indigno al saber que no todos le rinden un agradecimiento eterno a sus nanas, así como lo hago yo, a mi Lupe. Que comparte la vida entera con nosotros. Nos crió, nos vio crecer, nos vio llorar y nos consoló en mil penas. Se alegró de nuestra felicidad y disfruta de nuestros logros. La que es una segunda madre, una dueña de casa y, luego de todo ese esfuerzo, tiene que ir hasta su propia casa a repetir lo mismo. 
Que se avergüencen aquellos que no son capaces de ver eso en la gente con la que convive a diario, ni capaces de mirar a nadie más que a los que ellos consideran “gente”.

Sigan rodeándose entre los que ustedes consideran “dignos” de su alcurnia, porque los que pierden valores únicos y la capacidad de entender la igualdad como algo intrínseco son ellos.

Y no se sorprendan entonces de los que mienten para entrar a esos mundos, porque en esos engaños vieron la única opción de salir de una torpeza eterna e incomprensible llamada discriminación.

jueves, 26 de abril de 2012

Voluntarios al mejor postor

Nunca me ha llamado mucho la atención ser voluntaria de “Un techo para Chile”. 
A decir verdad, el asunto me causa un poco de suspicacia porque siempre vi a muchos compañeros de universidad que no movían un dedo por ser solidarios o ser generosos durante el año, pero si "ocupaban" los “trabajos” de invierno o verano como una forma de ir a conocer gente, importándoles bien poco el fin real del asunto. Pero el problema no era de un “Un techo para Chile” sino a la gente que reclutaba, aunque también es propio reconocer que el objetivo de construir mediaguas a familias en necesidad de ellas se conseguía, lo que era un logro positivo para nuestra sociedad. 

Hoy caminando por la universidad me encontré con el cartel de "Un Techo" reclutando voluntarios para los trabajos de invierno 2012, con la llamativa posibilidad de auxiliar no sólo a nuestros compatriotas más necesitados, sino a comunidades indígenas en Bolivia y Paraguay. 
Me inscribí con el real ánimo de participar en estas e, incluso, apresuradamente, envíe un correo a los coordinadores de “Universitarios en Región Metropolitana” para averiguar más detalles para conseguir un cupo en la misión de ayudar en Bolivia.
Enorme fue mi decepción al descubrir que, tanto dentro como fuera del país, la forma de obtener “un cupo” como voluntario es consiguiendo un mínimo de socios que asciendan a la suma de $25.000 (para los de Región Metropolitana". Es decir, voluntarios al mejor postor.

No importan las ganas, el ánimo, la disposición o la entrega para ceder tiempo y esfuerzo personal en esta causa.
No.
El asunto ahora pasa por plata. Por conseguir que un par de personas firmen un mandato bancario donde acepten que mes a mes le descontarán un porcentaje de dinero de sus cuentas para aportar a esta noble causa.
Entiendo el fin que busca “Un techo para Chile”, ya que financiar esta institución no debe ser menor, pero ¿realmente el voluntario en construir mediaguas debe ser el encargado también de conseguir estos recursos?

Lo miro desde la perspectiva de la persona que vive en una condición socioeconómica donde el dinero no abunde y sus cercanos tampoco lo tengan.
La persona que, con toda la intención de cooperar y entregar sus “vacaciones” estudiantiles, no tiene a quien hacer firmar un mandato para conseguir el mínimo requerido. Entonces para ese alguien no hay cupo. O no lo puede “asegurar” como aquel que le pide al papá/tío/vecino/conocido que si tiene los medios económicos para pagar mes a mes la posibilidad de ser socio de “Un techo para Chile”.
Es decir, y generalmente, dependerá en el circulo socioeconómico en el que te desenvuelvas la posibilidad de obtener tu cupo o no.
¿De verdad han decidido convertir a esta institución al “modelo chileno”, donde el que tiene dinero o contactos si puede, y el que no tiene, pierde la posibilidad?
¿No hemos visto bastante a la sociedad (y en especial a los jóvenes de nuestro país) protestar durante largos meses por la igualdad en el acceso a las oportunidades como para ensuciar esta causa también con ello?

Creo que la inscripción a ser voluntario de algo no debe pasar porque pueda o no conseguirle socios a una institución que todos los años tiene más publicidad que muchas otras fundaciones y puede capturar socios a través de los medios comunicacionales.
Mi inscripción, y la de cualquiera, deben pasar por el afán de querer ayudar y entregar sacrificio en ello y no cuanta plata le voy a asegurar a fin de mes a dicha entidad.
Considero que “Un techo para Chile” ha confundido los roles del voluntario y merece una abierta crítica por ello. El voluntariado no puede asegurar cupos al “mejor postor”, sino al “mejor voluntario”.

Una lástima que incluso el espíritu de ayudar se confunda con la desigualdad de oportunidades.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Nos cansamos

Hace un rato mirando twitter me encontré con el distinguido nombre de Teresa Marinovic entre lo más comentado, por lo que me puse a investigar que sucedía.
Sus dichos sobre la "anomalía" de la homosexualidad y las penas de los infiernos que sufren estos "anomalos" por su condición es drastica. Según ella, los homosexuales son personas enfermas que pueden recibir tratamientos siquiatricos para quitar su condición y, o si no, tendrán una vida plagada de infidelidades, enfermedades venereas y patologias asociadas a su condición "anomala".
Todo esto, y en un día como hoy, la llevan a este puesto en los TT.

La pregunta es ¿por que hoy nos afecta tanto lo que ha dicho la señora Marinovic?


Como primera idea, apunto a la prepotencia de las palabras de Marinovic al definir, según sus conceptos, que es normal y que es anomalo.

Tratar como una "anomalía" a la homosexualidad es errado.
No por que a ello le estemos poniendo condiciones valoricas que lo traten de anormales, sino por la pregunta de trasfondo que debemos hacernos es ¿que es la normalidad?.

Para nosotros, los occidentales en general, es normal comer vacas y casarnos en monogamia, castigar la agresión a las mujeres y tener libertad de expresión.
Unos pocos kilómetros más allá de nuestras narices, es normal tratar a las vacas como un animal sagrado, es propio casarse con más de una mujer, es normal apedrear en plazas publicas a mujeres por las más mínimas y distintas razones, o limitar los accesos a la información y castigar la libre expresión.
Entonces, ¿que es normal?

Y frente a esa pregunta creo que radica nuestra primera diferencia con la señora Marinovic. Por que ella, desde su esfera de opinologa, asume ciertas condiciones y valores como normales que NO lo son para la gran mayoría. Y algo grave en relación a lo que ella asume y cree como verdadero, es querer imponerlo a la sociedad a toda costa como una realidad y verdad absoluta.
Por eso diferimos con Marinovic. Por que ella, que se declara conservadora y machista, cree que su verdad es la verdad para todos. Cree que su "normalidad" es lo normal para todo. Y, por tanto, tratar de anomalos a los homosexuales es algo que sigue a la causa en sus pensamientos.

Lo que no entiende la señora Marinovic es que con sus retratos de la realidad ofende a muchos. Más de los que ella misma piensa. Y ofende por que estamos cansados de que nos impongan ideas conservadoras, de familias de 9 hijos y de riquezas abundantes que poco tienen que ver con la realidad de nuestra tierra. Con la normalidad de nuestro diario vivir.
Nos cansamos de que nos digan que es abortivo, que es una enfermedad y que es considerado bueno o malo. Nos cansamos de que nos digan que es familia, que es matrimonio, que es vida y cuando hay normalidad. Que podemos hacer, pensar o decidir. Nos cansan a diario las decisiones paternalistas que nos imponen y que sentimos tan ajenas a nuestra cotidianeidad.


Pero, ¿por que nos extraña tanto lo que dice Marinovic? Si hay un monton de gente que piensa tan distinto a nosotros y tratan de imponer sus ideas a diario de la misma forma que ella.
Pues aquí está mi segundo punto, que me hace creer que las palabras y definiciones de la señora Marinovic sean hoy tan populares.
Y es por que hoy, más que nunca, estamos cansados que pensamientos conservadores dividan a la sociedad entre lo que es normal y lo que no. Hoy, por la muerte de Daniel Zamudio, sentimos que separar a la gente con etiquetas de normalidad provocan que ciertos pensamientos se radicalicen y generen odio, segregación y violencia.


La señora Marinovic no es culpable de su opinión. Tampoco de la muerte de Daniel Zamudio ni de ningún golpe u ofensa que ha recibido un homosexual en alguna parte de Chile.
De lo que si es culpable es de tratarlos como seres distintos, de anormales, y sentirse dueña de una verdad que dista mucho de la realidad, que incita a diferenciar a la gente según sus condiciones.
La culpa de Marinovic no es el opinar lo que piensa. Es sentir que debe imponer eso como una verdad.

Y es eso lo que nos ofende y choca. Por que así como Marinovic se siente con el derecho de imponer la etiqueta de anomalos a los homosexuales, hay gente que se siente con el derecho de patear hasta la muerte a un ser humano por tener una condición sexual "anormal".
Por que vemos en sus comentarios el comienzo de un incendio. Por que creo que más de alguien sintió o pensó que, dentro de los cuatro asesinos que dieron fin a la vida de Daniel, alguien en algún momento les dijo que ellos eran normales y los homosexuales anormales. Y ellos, quien sabe que procesos de por medio, radicalizaron sus posturas y llegaron a lo que vemos hoy: un chico muerto por una condición sexual.


Por eso Marinovic es Trendic Topic hoy.
Por que nos cansamos.

martes, 18 de octubre de 2011

La Ley de Seguridad del Estado... bienvenidos a Chile sin derechos

Cada vez que sale la noticia que Hinzpeter quiere aplicar esta ley me da miedo. Por favor lean y saquen sus propias consecuencias.

La Ley de Seguridad del Estado o Ley 12.927, que data de 1975 con Pinochet, sanciona los delitos contra el orden público.
Esta ley estaba en absoluto deshuso y sólo se ha utilizado, desde el regreso de la democracia, en 2 ocasiones: en 2004, en el gobierno de Ricardo Lagos, cuando se presentó una denuncia por dicha ley en contra de los dirigentes del gremio microbusero, que organizaron una huelga que paralizó la capital; y en el periodo de Michelle Bachelet, cuando se invocó la Ley de Seguridad en marzo de 2008 contra un procurador de asesorías jurídicas, que realizó un falso anuncio de bomba en el Centro de Justicia en Santiago.

En lo que lleva Piñera en el gobierno, ya se hizo amenaza de utilizarla en una ocasión frente a las protestas en Magallanes por el incremento en el precio del gas en enero de 2011 (desde donde nace el comentario de Tomas Moscatti), por las movilizaciones de la CUT programadas para el 24 y 25 de agosto y hoy, por los incidentes nacidos desde la convocatoria a paro nacional realizada por los estudiantes.

Le pido se tome el tiempo en escuchar el video en el link que dejo a continuación ( http://www.youtube.com/watch?v=qyYnP2btNs4 ). Si quiere profundizar más el tema, por favor no olvide revisar la ley en su totalidad (http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=16080 )

A mi juicio, aceptar la utilización de esta ley es volver a los tiempos donde la libertad era acallada con puños y la voz del pueblo silenciada con sangre. Donde no había derechos que reclamar ni instituciones a las cuales hacer nuestras quejas. Donde la violación a los derechos humanos era tan normal que ya nadie oia los reclamos.
Es entender que nosotros servimos al Estado sólo cuando estamos en silencio o aceptando tranquilamente lo que nos dicen que hacer, pensar o querer.
Es volver a punto cero. Y que este legalmente aceptado.

Saludos
Andrea

lunes, 8 de agosto de 2011

El derecho de cambiar!

Muchas veces en este último tiempo he leído y escuchado a personas decir "¿por qué ahora alegan si durante 20 años nadie le alegó a la concertación?" o frases como "¿cómo esperan que en 4 años la derecha hago lo que en 20 no hicieron los de izquierda?". Y frente a ese conformismo, a esas palabras mediocres y a esa falta de actividad, me he dispuesto a escribir estas palabras que espero resuenen en más de alguien.

Cuando dicen que este problema se arrastra hace años, creo que es necesario notar que no se arrastra desde el re-inicio de la democracia, sino desde plena dictadura. Hasta 1981 en Chile había educación superior fiscal y gratuita para todos. Eso se cambió a través de una ley orgánica constitucional en la era de Pinochet que provocó, como efecto dominó, la creación de muchísimas universidades privadas, institutos de formación técnica y centros de formación profesional. Por supuesto, las instituciones bancarias se pusieron muy contentas con este actuar del gobierno, pues ahora cada persona que quisiera estudiar debía acceder a los medios tradicionales de endeudamiento para poder solventar sus estudios.
El asunto es que pasaron casi 10 años desde el inicio del lucro y nada cambio. Pero analicemos también que, por mucha voluntad que haya habido los primeros años de democracia de parte de la concertación para cambiar esa ley de educación superior, se necesitan muchas más voluntades y acuerdos que el solo afán de hacer las cosas bien.
Pinochet y sus asesores (muchas caras que se repiten hoy en el gobierno actual) crearon una constitución que fuera muy difícil de cambiar en los aspectos más profundos. Para modificar asuntos como sistema electoral, partidos políticos, fuerzas armadas, concesiones mineras y, POR SUPUESTO, enseñanza, se necesita el acuerdo de cuatro séptimo de los diputados y senadores en ejercicio para hacer algo. Claro está que los votos de la derecha NUNCA estuvieron ni han estado disponibles para este tipo de asuntos, que, de extraña casualidad, son muchos de los temas sensibles que afectan al país (sistema binominal, voto voluntario, servicio militar obligatorio, administración de los dineros de la minería y ley de fin del lucro de la educación) Sin los votos de la derecha, durante todo el periodo de la concertación se imposibilitó hacer alguna diferencia en cualquier ámbito, incluido educación.

Además, falta hacer notar que en el año 2006 se detuvo la educación del país durante meses debido a la revolución pingüina que provocó el cambio en el financiamiento de los colegios municipalizados de Chile, por lo que decir que en 20 años "nunca se hizo nada" es falso y es ignorar el primer avance que se dio en muchos años para cambiar el sistema educativo, al menos de la básica y media de nuestro país.

Todo esto me lleva a la siguiente conclusión. Cuando dicen que "no esperen mucho de lo que se podría lograr en 4 años" con un afán de defender a Piñera y su sequito, es caer en una actitud conformista y mediocre (en verdad sin ánimo de ofender). Lo digo por que aceptar la realidad sin protestar, sin querer realizar cambios y con tal de mantener una paz de mentira es renunciar a nuestras expresiones, a nuestros derechos y a pasar a ser unos reales títeres del estado.
Los estados se conforman para servir a su pueblo, no para beneficiarse de ellos. Y si la gente de la sociedad gobernada está disconforme, sin importar cuando, es necesario protestar por el tiempo que sea necesario. Protestar con argumentos es el primer inicio del cambio profundo que forma la patria.
La mediocridad de ese asunto, entonces, va por hacerse parte de ese grupo "mediano" que no le interesa nada más que su propia suerte y acepta lo impuesto por terceros sin decir nada porque cree que nadie puede hacer cambiar las cosas. Pero si la mediocridad gobernara, seguiríamos siendo dirigidos por monarcas españoles y sin ser soberanos de nuestras propias decisiones. El mundo estaría a cargo de unos pocos que se llenarían de caviar y pasteles, lujos y joyas, mientras los otros trabajaríamos para solventar ello, sin más ánimo que salvar nuestras propias existencias a diario.
Ser mediocre, entonces, es desconocer el derecho a cambiar. Es escupir sobre las revoluciones que han cambiado al mundo, que nos enseñaron de libertad, de derechos y de igualdad.
El decir que hoy no se puede cambiar el ámbito educacional de nuestro país y que nos "debemos" conformar con lo que existe, es volver a tiempos pasados, donde el mundo se imponía sobre ti.

No porque algunos se resignen fácilmente, otros cuantos deben resignarse igualmente...

martes, 24 de mayo de 2011

LIBERTAD POR SOBRE TODAS LAS COSAS


Hoy, mientras me despertaba, vi en televisión a don Salvador Salazar (presidente de fundación "Muevete Chile" para expresar que nuestro país no podía permitir las uniones de homosexuales ni menos ratificarlas legalmente. Que eso iba en contra de la familia, que debía ser promovida por sobre todas las cosas.
Siento que aquí hay una situación de trasfondo que me provoca escribir esta columna. La libertad.

A mi manera de ver la vida, considero que la libertad es el bien más preciado de una persona, y debe ser defendido por sobre todo aspecto.

Creo cuerdo, por lo mismo, que debe quedar en cada uno de nosotros la decisión de hacer, decir o realizar algo, sin que esto afecte la integridad o respeto de otra persona, por supuesto.

Por tanto, que se le obligue a la ciudadanía chilena hacer o no hacer ciertas cosas por aspectos y leyes moralistas que solo predican algunos lo encuentro una injustificada limitante y una practica que debe ser debatida y criticada.

Siento que debe quedar en cada uno la decisión de ciertas cosas. Como tomar una pastilla ''abortiva'' o no. O la decisión de realizarse un aborto o no, o de practicar la eutanasia con su propia vida o no. O de casarse con quien deseemos (sea del mismo sexo o no).

Con relación al aborto o la eutanasia, debo reconocer que no comulgo con dichas ideas, y creo que en el caso de tener las opciones para realizar alguna de dichas acciones no las tomaría por que tengo un respeto personal por la vida.
Pero es un valor que YO le doy a la vida, y no debo imponérselo al resto de las personas, por que desconozco como ve alguien o no ciertas cosas.
En relación al tema de las uniones de hecho, me siento absolutamente a favor de que se legisle en pro de aquel que tomó como opción de vida el convivir con alguien de su mismo sexo y formar una historia a su lado. Que la separación y la viudez corran igual para todos en los aspectos legales, sin distinguir por sexo, raza o religión.
Así mismo, es justo que cada persona tenga por reconocido su derecho a estar juntos, sin persecuciones ni ignorancias de parte de la ley. No reconocer el derecho de los homosexuales a llevar una vida en común es ignorar a un grupo de la población que desea vivir como cualquier otro.

Por lo mismo reclamo y hago esta critica.
Siento que temas como las uniones de hecho, que tan de moda están hoy, pasan por un tema moral más que objetivo. Y esa moralidad que se ve en el bloqueo de proyectos de ley, ya sea por parte de los propios parlamentarios o de por recursos de protección que imponen ciertos grupos, provocan que se quite de antemano ese poder de optar por hacer algo o no, y que se me prohíba desde siempre realizar tal acto, con el riesgo de que si lo realizo se me castigue con una pena coercitiva.
A fin de cuentas, te están diciendo que pensar frente a un tema, sin derecho a opinar o querer optar realmente. Y si optas por algo diferente estas por fuera de la ley.


No dejemos que nuestras propias creencias abarquen el mundo de otros. Vivamos entendiendo que cada uno puede optar, elegir y pensar que debe hacer en su propio caso de vida.
Consideremos la libertad de albedrío como una opción sería y respetable.
Entendamos que la moral y las leyes no deben ir tomadas de la mano.