viernes, 15 de enero de 2010

De pildoras, abortos, divorcios, Frei y Piñera

A Piñera no lo encuentro un mal tipo... en serio que no.
Lo encuentro bien inteligente, pillo y astuto. Incluso me da risa a ratos cuando lo veo en actitudes menos de empresario y más humano, burlándose de sus propias falencias y mostrándose persona como cualquier otro.
Eso sí, se me aprieta la garganta al pensar en su afán de conseguir poder o cuan ambicioso puede ser. Pero no me asusta tanto, porque siempre he creído que, a la larga, los presidentes son sólo la punta de la lanza de ideales y pensamientos de muchas personas pertenecientes a los partidos políticos con los que se asoció. Un poco de títeres con comandos rígidos que no pueden desbordar ni aunque así lo quieran.

Por otra parte, reconozco públicamente que fui de aquellas que dijo que jamás votaría por Frei. Que lo encontraba un retroceso, con ideas añejas, oportunista de la popularidad de Bachelet y con un afán de figurar nuevamente como ninguno.
Pero frente al panorama actual, no me cabe más que dar mi opinión y cambiar el voto. Aunque el domingo tenga que ir a las urnas con la nariz tapada y con cara asco, votaré por Frei.

El asunto principal se enfoca, como bien lo dijo la tía Ana María en una noche de pizza, en los que acompañan a Piñera. Porque Sebastián puede tener las mejores intenciones de abrir la agenda valórica, de mantener los subsidios estatales, hacer dictámenes a perjuicio de los empresarios o de hacer caminos similares a los que han hecho antiguos gobiernos exitosos. Pero la gran pregunta radica en que si sus socios de alianza se lo permitirán.
Nada mejor que entregar ejemplos de este temor fundado.

Les pido por favor que recuerden el asunto de la prohibición de distribución gratuita de la pastilla del día después. Los que solicitaron al Tribunal Constitucional dicha prohibición fueron 22 diputados de la UDI y 13 diputados de Renovación Nacional. Nombres tan conocidos como los diputados Kast, Monckeberg, Cristi, Chauhan, Melero, Forni y Cardemil, entre otros. Socios y compañeros de Piñera en toda la campaña.
Este asunto transgredía no sólo el tema valórico de prohibir medios de anticoncepción a la población en general, sino que golpeaba duramente a todos aquellos que dependen de la salud pública para acceder a beneficios médicos. Si la señora Juanita, que a Piñera tanto le gusta nombrar, llegaba a tener una relación sexual riesgosa y no tenía planes de aumentar su familia, no podía ir al consultorio de su barrio a pedir que le dieran la solución como la pastilla del día después. De hecho, tendría que desembolsar la señora Juanita por una consulta médica privada que le diera la receta que tanto le urge, y después ir hasta la farmacia más cercana a conseguir el fármaco, que nunca fue ni ha sido barato.
Y la señora Juanita tendría que haber corrido harto, por que las horas son cruciales en este tipo de decisiones. Y el bolsillo familiar hubieses quedado bastante afectado.
¿Y todo por qué? Porque a un grupo de señores de la UDI y de RN se les dio en gana decir que esta pastillita atentaba contra sus conciencias y valores, por lo que todo Chile debía pensar igual. Porque la familia es un núcleo indestructible y las relaciones sexuales sólo deben practicarse con fines reproductivos. CUEK

Les cuento otra.
Antes del 2004 uno carreteaba hasta la hora que se le diera en gana. ¿Saben de quien proviene la prohibición de mantener abierto aquellos lugares que expenden bebidas alcohólicas, entiéndase pubs, bares, discoteques y restaurantes hasta las 4:00am, con excepción de los fines de semana y los feriados que se extiende hasta las 5:00am? De la Sra. Angelina Cristi (UDI) que veía con horror como la juventud se desbandaba y alcoholizaba hasta altas horas de la madrugada. ¿Resultados? Los índices de alcoholismo en la juventud chilena van en aumento, puesto que los jóvenes se “destruyen” rápidamente tomando antes de entrar a las discoteques, ya que son pocas las horas para disfrutar legalmente del carrete.

¿No conformes aún?
La ley que derogó Pinochet en 1989 y nunca la derecha ha permitido se restablezca: el aborto terapéutico. La ley dice que no podrá ejecutarse ninguna acción cuyo fin sea abortar y desde ese entonces las mujeres que viven embarazos con malformaciones incompatibles con la vida fuera del útero materno están obligadas por ley a esperar hasta el término del embarazo. Si no lo cumplen, arriesgan pena de cárcel en presido y los médicos tiene la obligación de denunciarlas.
Y entonces, ¿quién piensa y resguarda en los derechos a la salud física y mental de una mujer que debe llegar hasta el final su embarazo cuando sabe, desde las primeras semanas, que el hijo que espera no tiene riñones, estómago o presenta malformaciones severas que lo llevaran a la muerte? Más allá de eso, ¿quién piensa en la mujer que decide por su propia voluntad interrumpir el embarazo de su hijo?
Claramente la derecha ha pensado por nosotros y decidió, de antemano, que el aborto es incompatible con la ética y moral chilena.

Un último ejemplo.
Este apunta a la famosa ley de divorcio, que se demoró 15 años en llegar. A pesar de que sus impulsores de izquierda argumentaban la necesidad de regularizar una situación que se estaba dando de hecho hace décadas (con la nulidad mal utilizada) y para dar una posibilidad de rehacer sus vidas a quienes hayan sufrido un fracaso matrimonial y así ordenar lo que sucede con la manutención y tuición de los hijos, sus detractores de derecha aducían que la existencia del divorcio podía mermar la estabilidad de la institución del matrimonio, que podía prestarse para abusos al perder la unión su significado de ser para toda la vida y que podía causar inestabilidad en la familia con un consiguiente daño emocional. Al momento de iniciarse la discusión parlamentaria, Chile era el único país del mundo sin una ley que normara el divorcio.
Una vez más, la presentación de hechos concretos impulsados por la izquierda versus el debate etico-moral de ideas y conceptos propios que proponía la derecha obligaban a un país entero a no poder acceder libremente a lo que ellos decidieran mejor para sus vidas, ya fuera esto divorciarse o mantener sus matrimonios. La pregunta que surge es ¿por qué obligarme ellos a estar una vida entera casada a un tipo con el cual no quiero continuar unida?
En efecto, el caso puntual del divorcio me afecta directamente, pues debido a la imposibilidad de acceder a esta ley que tuvo mi padre para divorciarse de su primera esposa trajo consecuencias insospechadas, crueles y tristes luego de su muerte por el ejercicio de una viuda sin principios a la cual mi padre no había visto en los últimos 35 años de su vida.

Todos estos señores que prohibieron todas estas leyes son los socios de Piñera. Los mismos que no nos dejan opciones frente a temas valóricos y nos permiten escoger sólo en el margen que su opinión lo permite.
Voto por Frei no porque me guste él, pero sí creo que sus socios no me impondrán sus pensamientos.
Porque no quiero ver a Kast, Longueira, Novoa, Cristi, Monckeberg y asociados dirigiendo un país moralista, lleno de rigidez y sin ver la realidad del día a día.
Porque no quiero que se me imponga lo que debo hacer, sino que quiero tener la oportunidad de escoger libremente de hacer lo que yo estime conveniente.
Por votar nulo es atentar contra la libertad moral que se acaba si Piñera sale presidente. Porque el cambio que propone es volver a la inquisición de las ideas distintas a las de derecha.
Por mi libertad de conciencia, en todo ámbito de cosas, no anulo y voto Frei.